viernes, noviembre 30, 2007

La noche es tan fría como las despedidas olvidadas.



 La noche es tan fría como las despedidas olvidadas.

Te veo cruzar la calle, asustada, bajo esta maldita lluvia que cala nuestros huesos y que me hace olvidar tan pronto tus besos. Saco de mi bolsillo mi gastada agenda, en la que apuntar los recuerdos que dejaron atrás tus pupilas. Pero maldito es el destino que me obliga a escribir con tinta china, derramándose como lágrimas negras en el asfalto para devolverme a la rutina.

Dejarte escapar es perderte, para despertar y no querer morir todavía.

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