Llevo varios días, casi meses, pensando de forma constante que nada merece la pena en esta época de egoísmos, golpes de quijadas y contención económica. Mis lecturas de prensa salmón me están empezando a agotar. Palabras como déficit, Bono alemán, recesión, inflacción, estaflacción, rondan libres como caballos salvajes por mi ignorante portasombreros. Sólo uno discurso ha sido capaz de despertarme de este aletargamiento, sólo Vargas Llosa ha sabido ahondar en el verdadero caos de este infantil siglo XXI y descubrirnos, en su elogio de la lectura y la ficción, que son las pequeñas cosas las que nos cambian la vida… y es que “aprendí a leer a los cinco años, …, es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”.
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