miércoles, agosto 12, 2009

Lecturas para el verano.

No hace mucho lo comentaba con un buen amigo, que en éstos meses estivales y de asueto, borrados todos los videojuegos de mi disco duro a excepción de World Of Goo, mi vida se centraba en ver películas, la natación moderada y leer libros. Mi amigo David me contestó que esa y no otra era la definición de Felicidad…


Y es que, derrotado por segunda vez en la intentona con el Ulises de James Joyce (en la página 94 hinqué mis huesudas rodillas), en lo que llevamos de verano me he merendado “El psicoanalista” de John Katzenbach, “Nocturna” de Guillermo del Toro y Chuck Hogan, “La casa de los espíritus” de Isabel Allende, “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, “El guardián entre el centeno” de J. D. Salinger, “Siddharta” de Hermann Hesse y “1984” de George Orwell. Creo que no está nada mal.


Siguiendo con la pedantería, tengo cierta tendencia a leer clásicos. Los clásicos en literatura se distinguen por que todos o casi todos están en ese filtro extraño de las editoriales que llamamos edición de bolsillo, y pueden costar desde 3 a 10 euros máximo o pueden adquirirse sin mayor problema en cualquier biblioteca (si, siguen existiendo, al parecer), suelen hacerles mención los llamados libros de texto y si sus autores además han recibido un Nobel y/o o están ya fallecidos, entonces ya no cabe duda. Además consulto el libro “1001 libros que hay que leer antes de morir” (por Peter Boxall y José-Carlos Mainer, ed. Grijalbo).


Dicho este sinsentido he de comentar que “Siddharta” es muy buen libro para el verano, pues habla de paisajes, filosofía oriental, meditación, tranquilidad y la unidad del todo con el individuo. Esas cosas entran mejor cuando uno está de vacaciones. “El guardián entre el centeno” está escrito de modo muy original, como si fuera un chaval adolescente, y cuenta más de lo que escribe, por lo que hay que estar atento al conjunto de la obra y ver los contextos, etc. “Nocturna” sólo es pasable, pero como me gustan las historias de vampiros, pienso hacerme con el resto de la trilogía. Mejor para el invierno. “El psicoanalista” es una novela de intriga relativamente bien escrita aunque al estilo actual, donde todo va muy rápido y no hay que pensar mucho. Dan ganas de hacerse un carnet falso. Aún así no la desaconsejo, pasa el corte. “La casa de los espíritus” es comparable, sinceramente, a “Cien años de soledad”. Casi parece un homenaje al libro que creó el género del realismo mágico que, en la obra de Allende es más realismo que mágico, pero deja muy buen sabor de boca.



Quiero hacer mención especial a “1984” y a “Un mundo feliz”. Son libros de una temática similar, una especie de futuro incierto con un control extremo del individuo y de la sociedad, por algún tipo de Mega-Estado cuasi perfecto y todopoderoso. Aún así, ambas obras son muy distintas. Más amable y “humano” el mundo del texto de A. Huxley. Más inquietante e infalible el Gran Hermano de Orwell. Estos dos libros son imprescindibles. Absolutamente imprescindibles. Yo no desaprovecharía la ocasión de leerlos, y además, de seguido uno tras otro, por comprarar y ver como dos grandes autores ven la sociedad del futuro.


Para que pensemos un poco, ambos autores parten de la idea de que los seis mil setecientos millones de habitantes de este mundo, llega un momento en que se ponen de acuerdo en algo relativamente complejo o aceptan un determinado orden social y global (¿a que me suena esto, a globalización? No puede ser), lo que posiblemente sea el fallo más garrafal de ambas historias. Ahí lo dejo.

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