miércoles, octubre 21, 2009

El Viaje. Historias de la Raza (II)


Pasaré poco tiempo más en Londres. Mis destinos y los del Clan me llevarán hacia Oriente, lejos. Desde allí seguiremos en contacto, mi querido alumno. Mi querido vástago. Por ahora los motivos de mi viaje quedarán oscurecidos. Ya sabes que te amo.


Recuerda siempre mantenerte en la ciudad. Actúa como te he enseñado. Sobre todo no te dejes ver. Aléjate de aguas estancadas y modera tu alimentación, sin descuidarla. Evita La Raza, en la medida de lo posible, pero aplica sus reglas, las reglas del Clan.

Podrías venir conmigo pero aún no estás preparado. Serías mi punto débil y éste viaje no me gusta. En absoluto. Allí tendré un salvoconducto. Ningún documento, todo en persona. Destruye ésta comunicación en cuanto puedas, como te dije. También llevaré una reliquia del Clan para mi inmunidad en Oriente, y mostraré la cruz del maestrazgo si es necesario. Todo eso me protege. Además llevaré todas mis armas.

Llevo largo tiempo observando a los nuestros. Algo tenebroso se levanta desde Oriente y tengo que saber qué es. Lo advertí en el momento en que Arcan me solicitó para éste viaje. Allí hallaré algo más de lo que busco, ahora lo sé. Hay algo más oculto aún que La Raza y tendré que bajar profundo para verlo con mis propios ojos. Con mis propios ojos muertos.

Ya sabes que podrían darnos muerte por comunicarnos así, y ya sabes lo que pienso al respecto. Las runas no son importantes ya para nosotros, ni el resto de nuestros idiomas ancestrales, ni la escritura caligráfica. Aún no estás preparado y hay muchas otras prioridades. Ya te enseñaré nuestra escritura y desterraremos entre nosotros el lenguaje humano. Destrúyelo, repito.

Puedes seguir con tus dibujos de gárgolas, que eso te distraiga. Sé que te estoy tratando como un crío, pero por primera vez en mucho tiempo, he vuelto a ser el que fui como neonato… Vuelvo a ser el hombre temeroso de la muerte.

Este viaje no me gusta.

Adiós.

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