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No sé si ya lo he escrito por aquí. No es que me guste mucho el fútbol pero un Mundial es otra cosa. Cuando empecé a escribir en Turkana sobre el Mundial pensaba tomármelo con calma. Tres o cuatro artículos, quizá uno por fase pero poco más. No ha sido así. Llegaba el verano y me sentaba ante el televisor con el portátil encendido, alguna bebida que aliviara calores, algún cigarro y varias webs abiertas para informarme en directo de lo que estaba pasando. Escribía en directo, según iban sucediéndose los minutos de cada partido (he visto casi todos los que han dado "en abierto" y alguno en televisión de pago). Intentaba estudiar, desde mi ignorancia, los sistemas, las estadísticas, buscaba fotografías y datos de los jugadores, de los partidos. A veces hasta tomaba notas. Veía como los medios se actualizaban, las noticias se sucedían, las opiniones. Después al día siguiente lo comentaba con los compañeros de trabajo y con Adanir y así me hacía mis composiciones de lugar. Composiciones de un pagano del fútbol. Puede que hasta de un desencantado del fútbol. Pero, como digo El Mundial es otra cosa.
Jamás imaginé que, visto el primer artículo redactado "in situ", publicado casi al instante de finalizar cada partido, me iba a gustar y a entretenerme tanto (que de eso se trata, creo). Poco a poco empezó a gustarme también la idea de que alguien podría estar siguiendo, enterándose o entreteniéndose un poco con el seguimiento de Turkana en el Mundial. Pero lo que sin duda alguna ha sido algo especial y que aún no acabo de creer es que vayamos a contar aquí que España, esta selección de fútbol nuestra, es CAMPEONA DEL MUNDO DE FÚTBOL. En Sudáfrica, el 11 de julio de 2010.
Pues, sin más, vamos a contarlo, vamos a contar la final que nos hizo campeones. Ya pido disculpas, pues no me veo capaz de contar las emociones vividas (sufridas), ni de hacer una crónica decente del partido (los nervios me pudieron desde muy al principio), ni de estar a la más mínima altura de las circunstancias, que se me antojan históricas. Pero allá vamos, a contarlo.
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España, sin embargo, ha sabido estar en todo momento en el partido y permanecer concentrada intentando hacer su fútbol ante el encuentro más difícil de todo el mundial. Iniesta tiró de galones y supo mantener el balón y meter un gol... ¿Que digo un gol? EL GOL. Por lo demás, fuímos capaces de presionar también en todo el campo y enlazar no pocas jugadas de claras ocasiones de gol, y por los escasos huecos que dejaba el contrario pero tanto por las bandas como por el centro. Además creamos peligro también en balón parado, quizá una asignatura pendiente hasta los dos últimos partidos. Ha sido un mundial complicado en el que, rival tras rival, iban proponiendo estrategias complejas de resolver que sin embargo hemos sabido superar. Eso, creo, es mérito del entrenador, Vicente del Bosque.
Hemos hecho durante el mundial, lo que yo llamaría "fútbol célula", en el que todos los integrantes del equipo se desdoblan si es necesario, colaboran en defensa y en ataque, se ensanchan o se agrupan según sea necesario y son varios los que presionan, tiran a puerta desde donde sea, se repliegan... ya sean delanteros, centrocampistas o delanteros. Pues eso: Fútbol célula.
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En fín, poco más del partido. Al parecer el tonto de Jimmy Jump intentó ponerle un gorro como espontáneo a la copa del mundo, antes de que los equipos saltaran al terreno de juego. Más tonto no se puede ser. Los de seguridad lo redujeron. Los holandeses estuvieron demasiado protestones. Ha habido prórroga. Faltó El Rey en la grada. Toda España lo celebró y pudimos verlo por la tele. Ha sido un mundial duro.
Ha sido un mundial duro y difícil, con duras entradas y con sangre. Ha sido el mundial de las vuvuzelas, del jabulani, de los porteros, de las manos en el área, del pulpo Paul, del fracaso de muchas grandes selecciones, de la competitividad de Uruguay y el paradón de Luis Suarez, de los goles tempraneros, de Africa, de Mandela, de los fotógrafos, de Chikidrácula, de la organización y la seguridad, del color, de la alta definición, de las 3D, de los anuncios, de Telecinco y Cuatro, de los árbitros raros, de Shakira y sus Waka-Waka. Ha sido el Mundial de Turkana, de Sergio Ramos, de Puyol, de Iniesta, de Villa, de las celebraciones de Camacho, de Del Bosque, de Xavi, de Alonso, de Casillas (guante de oro), de la genial cámara aérea, de la Carbonero, del "Podemos", de Piqué, de Müller (mejor jugador jóven), de Reina, Capdevila, de Busquets, de Sneijder, de Forlán (mejor jugador), de Medel, de Oezil, del no al racismo, del Fair Play (premio para España), de los Estadios, de Dani Jarque, de Antonio Puerta, de San Fermín, de Zakumi, de Adidas, de Potchefstroom...
Ha sido EL MUNDIAL DE ESPAÑA.