miércoles, febrero 13, 2013

Assassins Creed 3

Ya no soy ningún crío… Ahora estoy en misiones de caza en mitad de un bosque nevado, voy viendo pistas que me dice que hay lobos cerca. Justo lo que busco…

Me escondo y mi nivel de notoriedad pasa a verde y diviso una manada de lobos. Cuatro o cinco puntos rojos en el mapa. Los oigo aullar y hablarse entre ellos. Menos mal que la nevada acaba de terminar porque hace unos minutos no veía más allá de mis propias narices.

Uno de los lobos parece ser el cabecilla, que olisquea el aire porque algo no va bien. Es sabio. Yo en un matorral, hacha en una mano y arco en la otra… Le asesto una flecha en el lomo a menos de treinta pies pero el gran lobo no cae. Al contrario, mi estatus de notoriedad pasa a rojo y el animal corre hacia mí con la flecha clavada y secundado por otros dos lobos… Se me tira al cuello y me hiere pero logro clavarle un cuchillo. Ya no puedo cometer ningún error pues mi barra de vida queda también en rojo…

Otros dos lobos hacen círculos mientras observan como cae su jefe. No han atacado antes por respeto a la presa pero no me dejarán partir. Me rodean, deciden atacarme y yo huyo en el último momento. Dejo un rastro de sangre en la nieve. En  mis manos. En mi cara… estoy lleno de sangre, mía y del gran lobo.

En plena carrera y con la nieve por las rodillas logro acceder a un camino de carretas. De frente me encuentro con una cuadrilla de ingleses haciendo la ronda. Me dan el alto (mi estatus sigue en rojo y el mando de mi PS3 no para de vibrar) pero no les hago caso. En su lugar paso al de largo cuando estaban cargando fusiles y me subo a un árbol.

Desde allí observo como los lobos que me perseguían dan buena cuenta de un par de soldados antes de caer por los tiros de rifle. Me dan un premio: “Testigo presencial”.

Cuando todo se calma los soldados empiezan a revisar a los caídos y a gritar, momento que yo aprovecho para, desde mi árbol, hacer un asesinato aéreo sigiloso y otro a hachazos. Rodilla, estómago y cuello, en ese orden… Vuelvo a mancharlo todo de sangre.

Saqueo los cuerpos de los soldados y obtengo dinero y algo de pólvora. Desecho los fusiles. No valen para trepar, hacen mucho ruido y tardan en cargarse una eternidad. Despellejo con parsimonia ritual a los honorables lobos y obtengo su piel y colmillos, que venderé bien a la sociedad de cazadores o cambiaré por un mapa de los tesoros ocultos de la zona.

Simple entrenamiento para convertirme en Assasin, antes de iniciar la revolución americana… Soy Connor Kenway. Soy Demond Miles, Soy Ratohnhakéton Vida Rasgada…

Esto es Assasins Creed 3.