viernes, abril 11, 2008

El origen del amor (The origin of Love).

De Jesús Ángel Varela.


Cuenta la historia que hace mucho, mucho tiempo, cuando la Tierra aún era plana, las nubes estaban hechas de fuego y las montañas alcanzaban hasta el cielo y en ocasiones más allá.

Unos extraños seres vagaban por ella, como barriles rodantes, con dos pares de brazos, dos pares de piernas y dos pares de ojos que miraban fijamente desde una enorme cabeza. Podían verlo todo a su alrededor, captar todas las maravillas del mundo y comprenderlas, y podían hablar mientras se maravillaban, con dos pares de labios, de esas mismas maravillas... Y no necesitaban nada más.

Pero eso fue antes de existir el amor. Antes del origen del amor. Esta es la historia.

Existían tres sexos entonces. Uno de ellos parecía como si hubieran pegado dos hombres espalda con espalda. Eran los llamados hijos del sol. Similares en forma eran las hijas de la tierra, como dos mujeres pegadas de espaldas. Y existían también los hijos de la luna, que se asemejaban a un tenedor y un cuchillo unidos, mitad sol, mitad tierra, mitad hermano, mitad hermana, o hijo e hija. También pegados por la espalda, un hombre y una mujer.

Ninguno de los tres sexos necesitaba nada más. Apenas ni alimentarse, y comprender las leyes superiores e importantes del universo, de la existencia, y conjugar con ellas.

Esto era antes del origen del amor.

Pero los dioses comenzaron a asustarse, a temer esa comprensión, esa falta de necesidades, eso que ellos entendían como soberbia era poco menos que un insulto para los todopoderosos. Envidiosos de la fuerza, la integridad, de los hijos del sol, la tierra y la luna.

Y una tarde oscura, triste y fría, reunidos algunos de éstos Dioses Thor dijo: “Los mataré a todos con mi martillo, como maté a los gigantes”. Pero Zeus dijo “No, mejor déjame a mi. Utilizaré mis rayos como tijeras, así corté las patas de las ballenas. Así convertí los dinosaurios en lagartos. Los cortaré por la mitad, de arriba abajo, justo por el centro” El resto estuvo de acuerdo. Agarró un puñado de rayos, a modo de lanzas. Y las nubes se cargaron de rojo, y del cielo cayeron alfileres cortantes como cuchillos y grandes bolas de fuego abrasador, cortando las carnes de los hijos de la luna, del sol y de la tierra.

Pero algún Dios Indio decidió intervenir, apiadándose. Cosió las heridas a tiempo, cerrándolas en un círculo, en mitad del vientre de lo que quedó de esos seres, para que recordaran el precio que pagaron una vez. Y Osiris y los Dioses del Nilo cosecharon una gran tormenta, que formó un huracán, que sopló dispersándolos a todos, lejos, para salvarlos y lavar las heridas, con grandes olas de mar y ríos de viento y lluvia. La maldición se oyó desde el cielo, sentenciando a carcajadas “Si no os comportáis, volveremos a cortaros otra vez por la mitad. Y sólo os quedará un ojo con que desafiarnos, y caminareis a pata coja, dando saltos”.

El origen del amor.

La última vez que te vi, estábamos los dos rotos por la mitad. Tu me mirabas. Yo te miraba, mientras nos alejábamos por primera vez. Tenías un aspecto familiar, pero no pude reconocerte, porque tenías sangre en la cara, y yo sangre en mis ojos. Pero juraría por tu expresión, que el dolor que sentías en tu alma, era el mismo que yo sentía en la mía.

Ese es el dolor, el miedo, que baja en línea recta, atravesando el corazón, eso es lo que llamamos Amor. Miedo a perder y alejarse.

Quisimos envolvernos con los brazos, volver a tener dos pares de labios, apretarnos tanto que volviéramos a ser uno, introducirnos uno en el otro, pasar a través y quedar unidos otra vez, espalda con espalda. Por eso hacemos el amor. Por eso ahora tenemos necesidades. Necesidad de encontrarnos, de completarnos. Eso es lo que llamamos Amor.

Fue una tarde oscura, triste y fría, hace ya mucho tiempo, cuando, por culpa de los Dioses nos convertimos en criaturas solitarias, de sólo dos piernas, dos brazos. De sólo dos brazos, dos labios, dos ojos y media alma. Y ahora no vemos más allá de nuestra única nariz. Y ahora ya no entendemos nada de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y ahora necesitamos. Ahora buscamos, perdidos.

Esa es la historia del origen del Amor.

El origen del Amor (The origin of love).

Un consejo: Ved y escuchad “Hedwig and the angry inch” (todos los derechos reservados, supongo). Esto que acabáis de leer es una traducción e interpretación libre de la Canción “The origin of love” de “Hedwig and the angry inch”. Explica muchas cosas.

Comentarios



  1. Me parece una interpretaciòn extraordinaria.Sin palabras.Gran nananne — FORMATO_FECHA

  2. estoy de acuerdo.. me ha quedado mucho mas clara esta interpretacion que la propiatraduccion de la cancion.. ) Gracias por tener el esfuerzo de escribir todoesto. Bss


miriam — FORMATO_FECHA

1 comentario:

  1. [...] verán, resulta que el ‘escrito’ que más éxito ha tenido en mi corta existencia como escritor del tres al cuarto, es un [...]

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