Sé que habitas hace tiempo ahí, dónde no puedo verte. Oculta entre puntos, comas, voces de ecos perdidos, marginales historias de fracasos y lágrimas rotas, que se resbalan en tu acerado marchito, resbaladizo y pétreo, que tanto me recuerda a tu corazón, duro y negro, que olvida latir, que olvida el deseo, que envuelve en la noche este abrazo muerto.
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