Desaparece de la primera página. Desaparece de la discusión diaria. Desaparece de este diario. Desaparece de la faz de la tierra. Como si de un mandato divino se tratara, el olvido trágico de la realidad que cada día vive la nación iraquí pesa sobre las conciencias de occidente. De la dictadura al caos. Del orden totalitario a la anarquía sangrienta. El péndulo nunca tiene moderación y este mundo lo gobiernan necios, estúpidos, economistas pro Friedman y frabricantes de armas. Cretinos en el peor sentido de la palabra. Auténticos cretinos.
Hoy veo en el NYT.
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