Desconozco el punto en el que económicamente está realmente justificado el hecho de que la subida de las materias primas en los países más pobres sea consecuencia directa del uso de los cereales como elementos generadores de nuevos carburantes. Lo que sí está claro es que el hambre asola grandes supeficides del planteta y el resto la crisis sólo afecta de momento al estómago de nuestros automóviles.
Todo depende del cristal según el que se mira. ¿Soluciones?.
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